Marginación y Exclusión durante la Época Medieval

Por: Verónica Andrea Ochoa Murillo

II 2020

Córdoba (2004) refiere que durante la época medieval, se evidenció a  individuos y grupos que fueron objeto de ciertas prácticas de exclusión y marginación, debido a condiciones propias  o a factores sociales, políticos y económicos que rodeaban y afectaban su entorno, trayendo consigo un sin número de cambios que terminaban por posicionarlo entre ser un beneficiario de la caridad o un castigado conforme a sus conductas, que podían ser vistas como impropias según los lineamientos gubernamentales, sumado a  las órdenes religiosas y eclesiásticas que ejercían amplio dominio durante esta época, quienes demandaban de la sociedad  el buen comportamiento y la conducta moral. Uno de estos casos mencionado por el autor, es de aquellos que son marginados por ser pobres, y dentro de este grupo, se sitúan diferentes personas que debido a causas como la perdida de sus trabajos, perdida del estatus social, perdida del esposo (muerte o abandono), enfermedad o vejez, les impedía seguir asumiendo responsabilidades económicas; caso como la ancianidad, que debido a su nula participación en el ámbito laboral, les era difícil valerse por su cuenta, eran marginados a través de prácticas como ser llevados a lugares conocidos como” hermandad”, dirigido por sacerdotes, para que estos pudieran sustentarles económicamente.

Como dice Córdoba, las conductas que atentaban con corromper el entorno, influenciar de manera negativa, o servir de un mal ejemplo, era considerado un crimen, y por tal motivo debía ser reprendido para que estas conductas no se repitieran y degradaran a la sociedad. Entre estos casos se encuentra el de las mujeres adúlteras, quienes alteraban el orden establecido socialmente con respecto a su conducta sexual, involucrándose en relaciones mal vistas ante los demás y era considerado un riesgo para otras mujeres que quisieran seguir sus pisadas; para esto emplearon fuertes castigos, y medidas violentas de exclusión, como la práctica de homicidio, donde quien lo ejecutaba muchas veces se le hallaba la razón del crimen cometido.

En el caso de la prostitución como lo menciona el autor, estuvo controlada por diferentes poderes públicos, que si bien estaba encasillada como conducta criminal, sea los motivos que hubiesen llevado al ejercicio de la prostitución, como en muchos casos el factor económico, causa de gran peso para que muchas mujeres que no tenían un hombre como marido, que respaldara y velara por su manutención y la de sus hijos ,mujeres que habían enviudado, o aquellas mujeres que procediendo de una clase no favorecida, se veían expuestas a caer en esta práctica, fuertemente criticadas y señaladas, pero que por estar dentro de ciertas regulaciones establecidas, eran marginadas en ciertas zonas o áreas muchas veces ubicadas hacia las afueras de las ciudades, donde estos establecimientos podían funcionar sin  tener que perjudicar a los demás ciudadanos. También se tiene evidencias de que, en el siglo XV, se crearon centros donde se trataba de ayudar a estas mujeres a volverse a reinsertar en la sociedad, y para ello eran internadas por largas temporadas, para que pudieran rehabilitarse y reincorporarse a una vida decente y bien vista, pero aquellas que recaían de nuevo en la prostitución eran excluidas por medio del destierro, sacadas de la ciudad para no volver jamás.

Por lo tanto en la época medieval, ciertas prácticas o conductas que no estaban dentro de los patrones establecidos, representó para muchos un riesgo, como lo fue en esta época el homosexualismo, ya que fue considerado como una de las mayores faltas ante la sociedad, la naturaleza y lo divino (religioso), estos individuos fueron excluidos con la pena mayor que recibía cualquier persona sorprendida en esta conducta sexual, y era la pena de muerte, para que sirviera de escarmiento y ejemplo de lo que no se debía hacer o seguir, ya que este tipo de conductas no eran aprobadas sino rechazadas y castigadas.  En la edad Media se implementaron controles de vigilancia, sistemas de supervisión, leyes, mandatos, castigos, para intentar mantener y controlar la normalidad social, a través de centros, hospitales, fraternidades y así generar soluciones, con el fin de la rehabilitar y reinsertar a personas consideradas como diferentes que pudiesen influir negativamente en la sociedad (Córdoba, 2004).

En relación a las entrevistas realizadas sobre estigmatización y esta lectura sobre la marginación y exclusión en la Edad media, puedo encontrar varias similitudes, en realidad aunque ha pasado muchos años desde la edad medieval, las personas señaladas como diferentes, criticadas, marginadas, excluidas siguen siendo las mismas que en la actualidad continúan enfrentándose al rechazo, burlas, críticas, miradas señalantes, concepciones entre lo que es bueno o malo, los juicios, actos de violencia, agresiones, castigos, torturas, y hasta asesinatos  por  conductas, comportamientos, o patologías no aceptadas, por no ajustarse al patrón dominante de la sociedad, o sencillamente por sus particularidades ante las mayorías.

Frase:

“Las diferencias que existe en las minorías, son causales de rechazo y discriminación en aquellos que creen ser mejores como mayoría”.

 

Referencias Bibliográficas

Córdoba, R. (2004). Marginación Social y Criminalización de las Conductas. España. (pp. 294-322).

Recuperado de https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/35652/1/51311-218881-1-PB.pdf